immagine dell'opera Deposizione

La Deposición Strozzi regresa al Museo de San Marco

Jue, 05/22/2025 - 15:04

Después de dos años de restauración, la Deposición Strozzi, una de las obras iconográficamente más innovadoras de Beato Angelico, regresa al Museo de San Marco.
Por lo tanto, la Deposición de Strozzi o Santa Trinita podrá volver a admirarse hasta septiembre de 2025. Posteriormente, del 26 de septiembre de 2025 al 25 de enero de 2026, se exhibirá en el Palacio Strozzi con motivo de la gran exposición “Angelico”, dedicada al artista setenta años después de la primera exposición monográfica de 1955, instalada entre Florencia y el Vaticano, con motivo del quinto centenario de su muerte.
La tabla procede de la Sacristía de la Iglesia de Santa Trinita, construida por Palla Strozzi como capilla funeraria de su padre Onofrio. 
La obra fue encargada inicialmente a Lorenzo Monaco, máximo exponente del gótico internacional, quien realizó las tres cúspides y la predela. A su muerte en 1425, la obra corría el riesgo de quedar inacabada. Fue Palla Strozzi quien decidió confiar la conclusión a Beato Angelico. 
El esquema tríptico, con los santos Nicolás y Onofrio en el escenario principal, elegido por Lorenzo Monaco, no satisfizo sin embargo a Angélico quien, con un giro diferente, optó por colocar una colorida Deposición de la Cruz en el centro.
Los colores, que recuperan su brillo original, son un verdadero placer para la vista y varían desde tonos azules y verdes hasta un intenso carmesí. Los arcos del marco dividen a los participantes del evento en tres grupos. A la izquierda las Piadas mujeres extienden el sudario en el que será envuelto el cuerpo de Jesús; con la Virgen arrodillada, con las manos juntas en oración, contemplando el cuerpo de su Hijo. Al pie de la Cruz, María Magdalena, vestida de rojo y con el pelo suelto, besa los pies de Cristo. A la derecha un grupo de hombres, entre los que reconocemos a los eruditos, discutiendo sobre los símbolos de la Pasión.
En el centro de la escena, el cuerpo sin vida de Jesús, uno de los más bellos que jamás se hayan pintado, con los signos de la flagelación en la piel, es colocado abajo de la Cruz bajo la mirada conmovida de las mujeres por los hombres del grupo. Entre ellos reconocemos a Juan Evangelista, a Nicodemo, identificado por las inscripciones doradas en el borde del vestido rosa, y a José de Arimatea, en la escalera, arriba a la izquierda, que había recibido permiso de Pilato para retirar el cuerpo de Jesús.